Son muchas las cosas que he
heredado de mis papás, unas que no hay ni como negarlas y otras que de alguna u
otra forma quieren relacionarlas entre mis papás y yo. Cuando alguien me
encuentra en la calle, si la persona es conocida de mi mamá, le dicen a quién
me acompaña que soy igualita a mi mamá, los mismos ojos, la misma boca los
mismos cachetes etc. Pero si el conocido es de mi papá, drásticamente dicen que
soy una copia idéntica de él.
No sé exactamente a quien me
parezco más, pero creo que de los dos tengo rasgos, tanto de mi papá como de mi
mamá he heredado características de mi cara, humor y hasta algunos gustos.
Desde antes de nacer, mientras me
encontraba muy tranquilita en el pancita de mi mamá, alcanzaba a escuchar la
música que ella escuchaba, por algún tiempo en alguna de esas revistas
especializadas en bebes, leyó que era bueno ponerme música clásica para
relajarme, pues hay me tenían a mi mamá y a mí escuchando música clásica.
Aunque a las 2 nos relajaba este tipo de música, a mi mamá le incrementaba el
sueño que le daba por aquellas fechas. Desde entonces la música se hacía
presente en mi vida, aunque tuvimos que cambiar la música clásica para que mi
mamá no terminara dormida frente a su computadora.
Hace unos meses mi abuelita me
puso canciones de Cri-Cri, seguramente todos los que leen éste blog han
escuchado por lo menos una canción del grillito cantor, tal vez a ustedes estas
canciones les recuerden su niñez, pero a mí me parecieron extrañas, se suponía
que me deberían de gustar por ser canciones para niños más o menos como de mi
edad, pero la verdad es que extrañaba el sonido de la guitarra y el ritmo más
acelerado de la música.
Mi reacción es completamente
diferente cuando escucho The lion Sleeps
Tonight, no sé si les suene el nombre de la canción pero inmediatamente pueden googlearla o
buscarla en Youtube, de preferencia busquen esa versión en Youtube donde salen
un hipopótamo y un perro. Esta canción, junto con el vídeo se ha vuelto de mis
favoritas, inmediatamente la escucho, me pongo de pie para bailar y aunque
prefiero bailarla a solas con mi papá, que imita todos los pasos del perro, en
más de una ocasión sin querer me he visto bailándola en medio de mis tíos o mis
abuelitos.
La música que me gusta en
automático me hace bailar, ya sea alzando las manos y tratando de coordinar mis
pies, o moviendo la cabeza de un lado a otro mientras toco mi guitarra de aire,
algo que me enseño uno de mis tíos desde que era muy bebecita. La música me
pone de buenas, yo creo por eso aprendí a prender el estéreo, a subirle volumen
o a quitarle los audífonos a mi tío y a mi papá para saber que escuchaban.
Tal vez, como piensa mi papá, mis
gustos musicales irán cambiando conforme voy creciendo o tal vez, como piensa
mi mamá, algún día los acompañaré a un concierto o algún festival de las bandas
que ellos escuchan y que hasta el día de hoy, a los tres nos gustan.
Por el momento me pongo mi
playera de los Beatles, ponemos algo de rock y a bailar.
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